Loa pies nos sostienen, nos transportan, con ellos practicamos deporte e intentamos que luzcan bien con determinados calzados. Los pies. Nuestros pies. Los grandes olvidados. En muchas ocasiones los cuidamos menos de lo que deberíamos. Por ejemplo ¿Cuántas veces hidratamos nuestras manos? ¿Cuántas veces hidratamos nuestro rostro? Y ¿nuestros pies? Cuando no los castigamos con determinados tipos de zapatos o calzado. Sin embargo nuestros pies dicen mucho de nosotros y tienen que ver también con nuestra salud. Hoy centramos nuestra atención en los pies y lo hacemos con la reflexología podal. Nuestros pies pueden ser prevención y tratamiento de diversas patologías y trastornos. Por ello, vamos a hablar de siete curiosidades y puntos importantes que no todo el mundo sabe:
El origen de la reflexología podal no es del Siglo XX o del Siglo XXI sino que se remonta miles de años. Diversas culturas utilizaban ya los pies como vía de arranque del tratamiento de diferentes patologías. Por ejemplo los egipcios donde hay papiros de estos tratamientos.
La cultura Cherokees en Estados Unidos, la cultura Maya o la Inca también se fijaban en los pies aunque es la cultura China donde adquiere su mayor desarrollo. Ya en pleno Siglo XX el estadounidense William Fitzgerald fue el impulsor de la reflexología actual. Se estableció que el cuerpo humano se halla atravesado en sentido longitudinal por diez meridianos y cinco en cada mitad del cuerpo.
Nuestros pies están conectados con todas las áreas y órganos de nuestro cuerpo a través de más de 7.200 terminaciones nerviosas que se concentran en nuestros pies.
La reflexología se basa en que en el pie está representado de forma esquemática todo el cuerpo. Otro de sus principios es la utilización benéfica de los reflejos que producen los masajes en los pies. Y dependiendo de la zona del pie que el terapeuta estimule o trate, los beneficios irán a un órgano o zona del cuerpo a través de esos canales nerviosos y energéticos.
En reflexología se afirma que ciertos puntos de los pies se vuelven más sensibles cuando existe alguna problemática de salud en otro punto del cuerpo. Incluso el aumento del dolor en ciertos puntos de los pies indicaría la presencia de la dolencia. Los masajes en esas áreas del pie conectadas con la zona afectada, a través de la estimulación, ayuda a aliviar los síntomas del problema original y prevenir otros síntomas. Además, el masaje en los pies contribuye a una sensación de relax, tranquilidad y anti estrés.
La reflexología es relajante, alivia el estrés y activa y mejora la circulación sanguínea. Sirve para tratar y prevenir trastornos, enfermedades y situaciones provocadas por el estrés y la tensión diaria. Siempre complementado con otros tratamientos médicos y no sustituyéndolos. Entre los trastornos y beneficios a tratar por la reflexología se encuentran los problemas relacionados con el sueño y las migrañas. También activa el sistema inmunológico, tiene impacto beneficioso ante problemáticas como la tensión arterial alta o el colesterol. Encontraremos beneficios sobre problemas como la depresión, así como contribuye a reducir el dolor y el estrés. También se utiliza para mejorar la situación de postoperatorio, tanto por la estimulación de las zonas reflejas linfáticas, como a nivel de la zona operada y a nivel emocional. Por supuesto que la reflexología mejora los problemas de espalda y contracturas, dolores reumáticos, lumbalgias, fibromialgias….
La reflexología podal, con cualquier otra terapia, no es milagrosa, pero sí que hay ciertas dolencias que se notan desde la primera sesión. Por ejemplo, en algunos dolores agudos, como el dolor menstrual, o problemas digestivos, veremos como desaparece por completo la molestia. No obstante, lo normal es que se necesiten varias sesiones para tratar cualquier problema, máxime cuando es algo crónico o que nos lleva molestando cierto tiempo. Por eso siempre recomendamos que le cuentes a nuestro reflexólogo o terapeuta qué te preocupa antes de cada sesión, para poder centrar el tratamiento y ver aproximadamente cuantas sesiones van a ser necesarias. Esta estimación será inicial, ya que cada persona y cada dolencia tiene un proceso distinto y es muy difícil dar un dato exacto. No obstante, es la misma persona la que irá notando mejoría.
Las sesiones oscilan entre 40 y 55 minutos. Se recomienda que el estímulo o reflejo en cada pie o área no supere los 20 o 25 minutos pero depende de cada persona. Y para comenzar es positiva una frecuencia de una sesión por semana. Hay personas que quieren probar la reflexología en menos tiempo. Debemos informar, de que es imposible, ya que solo el masaje de preparación y calentamiento dura unos 10 minutos por pie. Eso quiere decir que los masajes de menor duración serán masajes relajantes de pies, pero nunca una reflexología podal.
También es que recomendable una o dos horas de reposo tras la sesión. Normalmente no se suelen tener reacciones adversas después de las sesiones, pero hay personas a las que la sesión de reflexología activa la sed o el sistema urinario, al aumentar la eliminación de tóxinas.
Es importante informar al profesional si acabamos de atravesar un proceso de fiebre, si tenemos diabetes o alguna situación coronaria como un marca pasos o hemos sufrido angina de pecho porque en esos casos puede haber contra-indicaciones. También en el caso de embarazo es muy importante no realizar este masaje ya que hay puntos que pueden provocar el aborto.
La reflexología podal es un tratamiento positivo para prevenir y mejorar determinados trastornos y patologías. Y siempre será un tratamiento beneficios para rebajar nuestros índices de estrés y aumentar nuestro bienestar.
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